viernes, 19 de octubre de 2018

BIPOLAR DE ALMA

Se me terminó el vino,

la última gota broto del alma
humedeciendo las pupilas del mendigo
Que ya no quiere pensar


La rola ya no es joda

Suena sola y es bipolar

Ya no consiente la esencia
sólo hay migajas de conciencia

El rojo del vino tinto  sangra,

sangra en lo profundo


Embriagando el palpitar

con cuerdas secas, a punto de estallar



La locura se tiñe de azul

entre sombras a contra luz

cenizas caen grises

fumarolas intoxican el ser



                Danzando en clave baja

                cantando al bipolar de alma



Ven hasta aquí

arimate al vacio de mi limbo

ao pienses que es el fin

aan solo es un tic continuo y certero


                Entre senderos de jardines y violín

                Entre brisas somnolientas



Te invito a sufrir

Te invito a reír

Te invito a morir

Entre valles de sombra y suerte


                Ya me voy alejando de aquel tibio sentir

                Me adentro en el frío 
parir del bipolar reencuentro

jueves, 16 de agosto de 2018

NINFÓMANO DEL VERBO


Soy ninfómano del verbo.
aquel que incita al clímax del verso,
a páginas humedecidas con lujuria,
conjugadas sin mordaza ni miedos.

Escrito está,
el rumor de quien viene y va,
entre encajes y red
entre senderos de piel
entre tatoos y más sed.



SENTIDO AUSENTE

Silencio voraz.
sentido ausente,
luna y Santo Grial.

Noche eterna de sal y ansias,
de versos perdidos entre sombra y satín.

Smock y caricias de neón índigo inmortal.
Juegos de mente inconciente,
de serenidad pálida y entristecida
por el ocaso de una melodía lejana.


viernes, 10 de agosto de 2018

AQUÍ



 El césped, titiritaba por el rocío hecho cascajo de lágrimas vespertinas.
El sabor del despertar, se entrelazaba en mis pies descalzos.
mis pensamientos, iban por las sendas del recuerdo;
por laberintos de emociones invernales.

Mi corazón, está partido
mi verso, va entre los musgos
queriendo trepar hasta mi garganta
sin flor, sin fruto, tan sólo…          
él, se deja llevar

La brisa fría de agosto, ha congelado mis pupilas
corta con escalofriantes navajas, 
la tez del vagabundo que se arrima al calor del olvido,
al adiós sin reencuentro.

No se puede formatear lo almacenado en el alma
porque lo fotónico, no es eléctrico
y mi verbo es un fantasma de otra dimensión
de aquella que invita a la pasión.

Aquí esperará el destino,
destinado a que el libre albedrío, interfiera con él
aquí se quedará la libertad, atada por el miedo
aquí quedaré, soñando con el reencuentro